“Aterrada ante su propio poder, se culpabiliza; ella es
el automóvil, la batería, el clutch, el volante y el radiador.”
Elena Poniatowska
“Aterrada
ante su propio poder…”
Un poder escaso, un poder limitado, un
poder que antes de ser poder ya habían quemado. Aterrada, sí, he estado
aterrada de mí, cada día, cada noche. No hay segundo donde no me cuestione la
existencia, donde no me considere una máquina demoledora, un aparato destructor
de sentimientos, de ideas y de sueños. Soy una coraza que quiebra a las demás,
soy un personaje que siempre resta, porque la suma de las cosas parecen
agobiantes.
“se
culpabiliza”
Siempre se culpabiliza. Tengo el error
sobre mis hombros, tengo la culpa rondando junto con la muerte, tengo la noche
que me agobia, los días que no pasan, y al final, no tengo nada, solo hay
vacío. Es una sombra que solo juega a restar, resta hasta lo desocupado, resta
por placer, resta por la culpa, resta, resta, solo resta.
“ella es
el automóvil, la batería, el clutch, el volante y el radiador”
Ella, esa otra, quizá sea, pero la que
se moviliza por la vida no es, la atrapada por el día quizá sea, pero la que
habita en la noche, esa otra, no es.
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